Cuando hablo de mi trayectoria no puedo dejar fuera formaciones y experiencias que me han enriquecido como persona y como profesional antes de iniciarme en el mundo de la Logopedia. En 2003 terminé mi formación como Educadora Infantil, continuando con la de Integradora Social. De este tiempo me llevo grandes aprendizajes, pero los que me han acompañado desde entonces han sido: quiero aprender jugando; cada enseñanza debe ir centrada en la forma de aprendizaje de cada persona y el poder de los cuentos infantiles en el desarrollo.
Desde mi inicio en el mundo laboral siempre he tenido un interés claro: dedicarme a la atención a la infancia y a sus familias. Descubro el mágico mundo de la comunicación y del lenguaje, la importancia de apoyar su desarrollo temprano para favorecer lo que es un derecho: el derecho a comunicarse. Y a partir de este momento, toda mi formación y experiencia se centra en mi construcción como logopeda en población pediátrica.
Soy Experta en Atención Temprana. He estado diez años trabajando en Centros de Atención Temprana, atendiendo diversas dificultades en el desarrollo de niños y niñas y acompañando a sus familias en este proceso. He realizado formación especializada en Comunicación Aumentativa y/o Aumentativa, tengo Máster en intervención en Trastornos del Espectro del Autismo. He aprendido cada día de grandes profesionales y compañeras (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogas, trabajadoras sociales), cerciorándome cada día de que la atención a los niños y niñas y sus familias siempre debe ser en EQUIPO.
En 2017 me incorporo a trabajar en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Aquí comienza una gran etapa que me hace ver cada día la importancia de vivir y de disfrutar lo que hago y de hacerlo junto a las personas que más me importan. A partir de este momento, mi formación se centra en la atención a pacientes con lesión neurológica y daño cerebral adquirido.
Me he sorprendido innumerables veces de la fortaleza que puede sacar una persona en momentos que la vida se lo pone difícil (en estas palabras incluyo la fortaleza del niño o niña y de su familia). Y es que no hay mejor recompensa en mi trabajo diario que un intercambio de miradas, una sonrisa, un abrazo o ser testigo de los lazos tan fuertes que pueden unir a las personas en los momentos más frágiles.
En estos últimos 4 años he ido especializándome en las dificultades de alimentación y deglución en edad pediátrica. Un mundo que no se centra únicamente en la entrada del alimento en el cuerpo, si no que entran en juego muchos aspectos más allá de los físicos. Una vez más, el acompañamiento y asesoramiento a la familia es un punto clave para conseguir los objetivos de la terapia.
Como conclusión os puedo contar que a lo largo de toda mi trayectoria profesional he ido aprendiendo a valorar cada pequeño movimiento, mirada, cada sonrisa, cada sonido, como una manera de interactuar con el mundo.
Deseando seguir Creciendo en este gran proyecto cada día, de cada niñ@ y su familia, de mis compañeros y compañeras, que es lo que hace que el trabajo se convierta en un privilegio.