Uno de mis sueños cuando era niña era ser maestra, cuando llegó el momento me decanté por la etapa de infantil. Pero cual fue mi sorpresa cuando en la práctica observé múltiples dificultades en los niños de la escuela. Fue ahí cuando decidí que quería ir más allá en mi formación para poder ofrecer un apoyo más profundo y exhaustivo.
Me matriculé en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y en el año 1999 terminé Terapia ocupacional. Es una carrera sanitaria tremendamente desconocida, pero que se encarga de la rehabilitación física, cognitiva y psicológica de la persona. Ofreciendo una visión integral del ser humano y no dividiéndolo en partes. Esta carrera incluye diferentes poblaciones a las que atender, pero mi pasión era trabajar con niños. Por fin, en el 2005 tuve la inmensa suerte de entrar a formar parte del mayor equipo público de rehabilitación infantil de España, en el Hospital Universitario Gregorio Marañón. Y aquí desarrollo mi profesión desde entonces, hace ya más de 17 años. Durante el camino, el estudio y la actualización en mi labor ha sido una constante. Formándome
en técnicas específicas de rehabilitación pediátrica y neonatal como Bobath, CIMT ( terapia restrictiva), Perfetti, cuidados centrados en el desarrollo y la familia, Integración Sensorial (U. Sur de California)… Incluso me animé a estudiar Enfermería porque cuando empecé a trabajar en la UCI neonatal y pediátrica quería saber más. Siempre más.
No sólo me he formado yo sino que me encanta la docencia y compartir mis conocimientos por eso he sido profesora de varias universidades ( Pontificia de Salamanca, La Salle..) y desde hace más de 10 años soy profesora asociada de UCM.
Pero quizás, lo que ha marcado un antes y un después tanto en mi vida profesional como personal ha sido ser madre. Es algo que todas las mujeres, en algún momento, nos planteamos, y pensamos en un proceso normal biológico, sin embargo, en mi caso no fue así. Tras muchas tentativas de fecundación asistida, y después de muchos llantos y fracasos llegó el deseado embarazo. Con todos los miedos y preocupaciones de cualquier futura madre, pero con ese añadido de embarazo de riesgo por FIV. A veces la vida te da estos regalos y contra todo pronóstico me obsequió tiempo después con dos hijos más. La maternidad es compleja, pero sigo pensando que estrenarme en el papel de madre me ha hecho mejor persona y mejor terapeuta.
Mi prioridad en el trabajo con el niño es establecer una buena relación terapéutica, conectar, ser respetuosa, y a partir de ahí disfrutar ambos del tratamiento. Las emociones influyen y modulan el comportamiento del niño, desde su tono muscular, la ejecución de patrones motores hasta la capacidad atencional, la memoria de trabajo o una destreza manipulativa más adecuada.
Estoy deseando iniciar esta etapa en Creciendo con todo este elenco de profesionales y así poder seguir aprendiendo y compartiendo juntos.