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Dr. Fernando Alonso Ortega

Pediatra

Portugalete, mediados de los 80. Allí crecí feliz, un pequeño rubio pecosillo rodeado de familia y amigos.

Ya desde entonces, influido en ese entorno familiar y vecinal del viejo barrio de ciudad, entre esas amistades más cercanas, estudiaban medicina sin descanso los gemelos Moreno Moreno, ilustres anestesistas vizcaínos: y el pequeño rubio quiso ser médico como ellos. Emigrado junto a mi familia a La Terreta ya abrazando la pubertad, me fascinaba la candidez, inocencia y alegría de los niños pequeños y los bebés: y fue cuando decidí que quería ser médico de niños. Hacia esa meta enfoqué mi horizonte profesional, y con el cambio de milenio me licencié en Medicina y Cirugía por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Ese año 2000 y el infatigable esfuerzo de mi familia me llevaron a preparar el temido examen MIR a Oviedo, junto a dos excepcionales compañeros y amigos y referentes vitales, futuro cardiólogo y también futuro pediatra, enamorándome además perdidamente de aquella ciudad y de aquella tierra también norteña. Con el objetivo cumplido el siguiente paso era formarme como pediatra donde yo quería: en el Hospital General de Alicante. Y lo conseguí. Allí tuve la suerte de rodearme un grupo de compañeros residentes extraordinarios y unos adjuntos y mentores sobresalientes , tanto desde el punto de vista científico como desde una perspectiva personal y humana. Fueron años de más esfuerzo, estudio e incontables y duras guardias, siempre rodeado de compañeros y adjuntos excelentes, que me empujaron a alcanzar aquel horizonte: titularme como médico de niños.

Logrado el objetivo personal y profesional la siguiente etapa era trabajar y seguir desarrollándome como Pediatra. Trabajé como tal en varios centros de salud de Alicante arropado también por maravillosos compañeros. Movido por la casualidad, pronto di el salto a la pediatría privada en otro lugar excepcional, La Vila. Durante algunos años compagine la medicina pública y la privada hasta que finalmente esta última pasó a desempeñar el total de mi ejercicio profesional en Alicante (a través del magnífico equipo de PediatricAL en el grupo Vithas) y continuando en La Vila (como también orgulloso miembro del equipo de La Creueta).

Desde el inicio de este largo camino he aprendido mucho y tanto de tantas y muchas personas y profesionales cuya enumeración sería inagotable. Pero el camino del médico no tiene fin. He aprendido y sigo aprendiendo de todos esos compañeros, igual que aprendo y sigo aprendiendo de mis pequeños pacientes, de sus familias y cómo no, de la mía propia. Son sin duda mis propios hijos un manantial de lecciones para mi ejercicio profesional, experiencia del día a día en estado puro, y un motivo más y fundamental para seguir siempre adelante.

Y así es como, siempre rodeado de magníficos compañeros, poderosos imanes en mi devenir profesional, llego a este otro proyecto ilusionante, el Centro Creciendo, agradecido por la confianza depositada en mí y movido por mi confianza recíproca en esa nueva familia que me acoge.

“La confianza es la clave de las relaciones. La confianza desafía a las dudas, ahuyenta miedos y cimenta la seguridad, alentando el desarrollo personal y animándote a dar el salto. Es la confianza en uno mismo y sus capacidades, en tus allegados, tu familia y amigos, en los compañeros, en tu equipo, y también en los pacientes y sus familias, la que da sentido al devenir de mi periplo vital“.