Desde niña fui una apasionada del cerebro y la ciencia. Ya era más grande cuando descubrí el poder del aprendizaje y el mundo de la educación en el que – sin darme cuenta – había estado inmersa casi toda mi vida. Aunque tuve muchas dificultades en mi vida escolar, llegué a enamorarme de la educación desde adentro y supe que quería ser maestra… probablemente porque había vivido muy de cerca la enorme diferencia que hacía tener a un maestro que creyera en ti, confiara en tu capacidad y te mirara bien.
Mientras me seguía encantando por el mundo educativo, me di cuenta que mi mente curiosa quería entender los procesos neuronales porque me intrigaban mucho las diferencias en el aprendizaje. Por otro lado, mi experiencia de servicio social me había permitido tener contacto con la discapacidad y las necesidades educativas. Y creo que esa combinación fue la indicada para decidirme por educación especial. Estudié educación especial infantil y psicología en Loyola University Chicago. Me proyectaba a un futuro profesional al servicio de las personas con discapacidad y sus familias. Desde el principio pude valorar la práctica centrada en la familia, la importancia de la prevención temprana, y el cuidado de la salud mental. Siempre estaré agradecida por la formación que recibí ahí, tan completa y tan desafiante a la vez. Tuve muchísimas oportunidades de aprendizaje en escuelas, guarderías, museos y hospitales con profesionales y maestros increíbles.
Después de trabajar un tiempo en Ecuador y tener una experiencia misionera en Costa Rica, volví a Estados Unidos para cumplir un sueño y completar un máster en educación especial y dificultades significativas en Vanderbilt University. Esos años me regalaron un crecimiento profesional exponencial a través de oportunidades de investigación, prácticas profesionales y mucho discernimiento filosófico y ético sobre la metodología para la intervención de las dificultades más severas. Tuve la suerte de poder trabajar con muchas familias, niños y jóvenes en distintos ambientes y desafiarme a mí misma creando intervenciones divertidas, accesibles y eficientes. Allí también me especialicé en terapia conductual, certificándome como BCBA, y aprendí a dejar que la conducta de mis niños me hablara. Pude trabajar con grandes profesionales y colaborar en sus proyectos dejando que mi lista de intereses creciera sin límites. Viniendo de un país en vías de desarrollo, siempre vi la educación como una herramienta de cambio social. Creo que por eso me encantaron mis clases de historia y filosofía de la educación; me interesaba conocer el efecto de los sistemas educativos a lo largo de los años. Es evidente que los retos del mundo de hoy afectan directamente a la infancia, el desarrollo y las familias. Por eso he decidido seguir formándome y cursar un Posgrado en Educación Clásica y Humanidades.
Creo que volviendo a las raíces podemos encontrar respuestas para las preguntas que tenemos hoy. Creo en la enseñanza centrada en la persona y que la colaboración con las familias es vital en la educación. Estoy convencida que todos los niños pueden aprender y mi prioridad es potenciar lo mejor de ellos siempre. Me apasiona la investigación; busco que las decisiones de mi intervención se basen en evidencia científica y la recolección de datos. El diseño curricular y sus adaptaciones para favorecer la inclusión es uno de mis grandes intereses. En estos años de trabajo me ha encantado dedicarme a la enseñanza de la lectoescritura y las matemáticas. Aunque en mi recorrido profesional siempre he tenido presente la autonomía, conciencia social, y regulación emocional, últimamente he podido acompañar a jóvenes en su transición a la vida adulta con el apoyo de sus familias. Y esta experiencia me ha abierto un nuevo espacio de trabajo que no sabía que me gustaba tanto. Soy una mujer apasionada y sensible, creativa y (a veces muy) activa.
Me encanta leer y escribir, el arte y las manualidades y siempre estoy buscando algún proyecto divertido para hacer con las manos y divertirme así, porque creo que los adultos también tenemos que jugar! En mi vida personal y profesional el mundo educativo y el clínico han estado siempre muy unidos. Me siento muy afortunada por la oportunidad de seguir combinándolos en el trabajo que amo. Admiro profundamente la calidad profesional y el camino recorrido de todas mis compañeras en Creciendo y no puedo esperar para aprender con y de ellas en esta nueva aventura.