Empecé Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid con la intención de dedicarme a la investigación; investigar sobre el cáncer o VIH… Cuando en primero de carrera hice mi primer trabajo de investigación me di cuenta de que mi camino no iba por ahí… Empecé a tener trato con los pacientes y me encantó la consulta, el “tú a tú”. Hice la residencia de pediatría en el Hospital de Valme de Sevilla. Allí aprendí una medicina humana, cercana y con esa alegría y esa actitud ante la vida que transmite el sur..
Tras terminar la residencia me especialicé en oncología pediátrica. Trabajé durante cuatro años en el Servicio de Oncología del Hospital Niño Jesús. Fueron años duros…Aprendí de los mejores; aprendí a diagnosticar casos difíciles, quimioterapias, ensayos clínicos, manejo del niño grave… pero sobretodo aprendí mucho al trabajar con una psicóloga al lado; aprendí a compartir alegrías pero también penas, aprendí a transmitir malas noticias, aprendí del equipo de paliativos a acompañar en las últimas etapas de la vida haciendo que todo fuera no sólo más fácil sino más feliz. Por circunstancias de la vida acabó mi etapa en oncología y empecé a trabajar en Atención Primaria, donde llevo casi 10 años. Allí descubrí la importancia de la medicina en las pequeñas cosas del día a día: en el bebé que llora, los mocos que no se van, el niño que no come o el adolescente que no sabe lo que le pasa… Consultas abarrotadas, agendas interminables… pero entre todo ello he acompañado a cientos de familias en esta aventura desde recién nacido hasta adolescente. He acompañado a bebés, a sus hermanos, a sus padres, a sus abuelos… porque la Atención Primaria es así…He compartido mucho con ellos y he aprendido mucho de ellos. Ahora empiezo esta nueva aventura en Creciendo, empiezo con ilusión, con ganas de compartir, de aprender juntos y seguir creciendo.