Soy pediatra especializada en neuropediatría y con especial interés en los problemas y trastornos del sueño infantil, su tratamiento y prevención.
A los 15 años (por supuesto sin ser consciente en ese momento de ello) inicié mis consejos de sueño con mis primeras pacientes, mis amigas. Pues sí, en esa época yo tenía el lema de “lección dormida, lección aprendida” e insistía en la importancia de dormir bien en vez de trasnochar para un examen. Alguna me hacía caso y les iba bien y me preguntaban… ¿Y por qué? Y entonces empezó mi interés por el sueño, porque, citando a John Dewey: “El aprendizaje empieza con la pregunta, no con la respuesta”.
Mis primeros pasos fueron como estudiante de medicina en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, donde me enamoré a primera vista, sí, de la pediatría. Me atrapó por la relación tan especial médico-paciente y esas pequeñas personitas de las que siempre sacas un aprendizaje, una sonrisa y por supuesto, una pegatina menos.
Creo que cuando estudias, si tienes un objetivo claro, como es hacer lo mejor por los pacientes, pasar horas y horas en la mesa de estudio se pasa más rápido. Con lo que, tras estudiar y estudiar por fin di otro pasito más en mis sueños y entré en el Hospital Universitario Niño Jesús, donde hice la residencia de pediatría.
Allí tuve el privilegio de aprender no solo el manejo clínico de los pacientes, sino también la calidad humana que caracteriza a sus profesionales. Mi subespecialización en neuropediatría en este centro y en rotaciones externas fue una etapa muy enriquecedora en la que descubrí la profundidad de esta disciplina dentro de un equipo con una calidad científica y humana excepcionales.
Actualmente, trabajo en el Hospital Universitario Niño Jesús, donde realizo asistencia en neuropediatría e investigación científica, coordino el Grupo de Trastornos Respiratorios del Sueño, dirigiendo sesiones multidisciplinares para el manejo de casos complejos. Además, soy cocoordinadora del grupo de sueño de la Sociedad Española de Neuropediatría. Creo profundamente que el sueño es fundamental para el desarrollo de los niños y que su cuidado debe abordarse con empatía y rigor científico, pues influye de manera sustancial en su calidad de vida y neurodesarrollo.
Fuera del ámbito profesional, disfruto de hacer deporte, leer y realizar actividades al aire libre, convencida de que el equilibrio personal también es clave para poder ofrecer lo mejor de mí a mis pacientes.
Empiezo con gran ilusión esta nueva etapa en el Centro Creciendo, aportando mi granito de arena en este gran equipo que busca el bienestar de nuestros pequeños gigantes.